
Para aquellos cuyo viaje está concluido, libres de dolor, plenamente
liberados de todo y que han puesto fin a todas las ataduras, se extinguió el fuego (de las
pasiones).
Se esfuerzan por permanecer atentos. A ningún lugar se apegan. Como
cisnes que dejan su lago, abandonan lugar tras lugar y marchan.
Para ellos no hay acumulación, y su alimento no es otro que la Liberación,
que es vacío e indefinible: tal es su objeto. Su curso es como el de los pájaros en el aire:
no deja huella.
Uno tal ha eliminado las corrupciones, no está apegado al alimento; tiene
como objeto la liberación, que es vacía e indefinible. Su andar, como el de los pájaros
en el aire, no deja huella.
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