domingo, 8 de agosto de 2010

Mejor que mil versos de palabras inútiles es uno con una simple y beneficiosa línea que, al escucharla, uno se serene. Mejor es una simple palabra de la doctrina [que pacifica al que la oye] que cien versos de innumerables palabras. Más grande que la conquista en batalla de mil veces mil hombres es la conquista de uno mismo. Mejor conquistarse a uno mismo que conquistar a los demás. Ni un dios ni un semidiós, ni Mara ni Brahma, pueden deshacer la victoria de aquel que se ha amaestrado a sí mismo y se conduce siempre con moderación. Aunque mes tras mes, hasta mil, uno hiciera ofrendas durante cien años, pero otro honrase a un iluminado solamente por un momento, esta reverencia es mejor que el sacrificio de cien años. Aunque durante un siglo un hombre hiciera el rito del fuego en el bosque, si por un solo momento honrase a un iluminado, esta reverencia es mejor que el sacrificio del fuego durante un siglo.

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