No
es verdaderamente difícil practicar la vía del Vajrayana. Para los que saben,
este camino y su ingreso en él son fáciles, puesto que todos los seres pasan a
ser ayudas en la práctica del camino:
Los seres privados de felicidad pasan a ser la oportunidad de desarrollar
nuestro amor.
Los seres en sufrimiento pasan a ser la oportunidad de desarrollar nuestra
compasión.
Los pobres son la ocasión de practicar la caridad.
Los seres maléficos y nocivos son la ocasión de desarrollar nuestra tolerancia.
Así, del mismo modo que todos los Budas son aquellos que muestran el camino,
todos los seres nos ayudan en la realización del Espíritu de Iluminación.
Nuestro amor por todos los seres debe ser el mismo que el de una madre por su
hijo. Desde el fondo del corazón, debemos siempre esforzarnos por desarrollar
el amor. Porque, sea el bien o el mal lo que hagamos a los otros, se traducirá
en bien o mal hacia el Buda. El hace el bien a todos los seres. El espíritu de
todos los seres es idéntico en esencia al de los Budas. La naturaleza del amor
es de desear un espíritu para todos los seres, que ellos posean la felicidad y
las causas de la felicidad.
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