domingo, 8 de agosto de 2010

Para el que cultiva el hábito de reverenciar constantemente a los mayores y respetarlos, cuatro bendiciones van en aumento: edad, belleza, bendición y fuerza. Un solo día de la vida de una persona virtuosa y meditativa vale más que los cien años de la vida de una persona inmoral y descontrolada. Un solo día de la vida de una persona que se esfuerza con firme resolución vale más que cien años de la vida de una persona perezosa e indolente. Un solo día de la vida de una persona que hace un intenso esfuerzo vale más que cien años en la vida de uno que es perezoso e inactivo. Un solo día de la vida de una persona que comprenda cómo todas las cosas surgen y se desvanecen, vale más que cien años de la vida de una persona que no comprende cómo las cosas surgen y se desvanecen.

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