La Semilla de Iluminación:
La iluminación es la naturaleza de toda experiencia, lo que significa que ella
está disponible para nosotros en todo momento. El Yo-imagen, sin embargo, nos
separa de ello, y así la mayor parte de nosotros tiene bien poca convicción de
que pueda haber algo más en esta vida que no sea la experiencia ordinaria.
Cuando tenemos estas dudas, ni aun tratamos de trascender las limitaciones que
nuestro ego nos impone. Pero cuando vemos que puede haber alguna verdad en las
creencias espirituales, nos ubicamos en un camino que nos lleva más allá de
nuestras limitaciones a estados progresivamente más altos de autoconsciencia.
Llegamos a estar más y más despiertos a nuestra propia naturaleza, hasta que
finalmente no hay entre nosotros y la experiencia de la iluminación nada que la
impida.
En lo que usualmente llamamos enseñanza, aprender es un asunto de infiltrar
palabras y significados a través de nuestro entendimiento conceptual. Pero en
las enseñanzas del camino - porque cada palabra es una puerta a la iluminación
- necesitamos comprender los significados internos por experiencia directa.
Cuando nuestros corazones y mentes se abren a estos significados más profundos,
un maestro puede ayudarnos entonces a trascender las limitaciones que nuestra
mente conceptual establece en nuestra comprensión.
Ambos, el conocimiento intelectual y experiencial crecen y se profundizan
juntos. Por ello, cada paso en la transmisión: las enseñanzas, los textos, y el
proceso de aprendizaje, deben ser conducidos con el mayor cuidado, o si no, el
camino directo a la iluminación será oscurecido. Impacientes por nuestro
progreso, podemos sentir que “mientras más aprendemos” mejor será. Pero yendo
de maestro en maestro sólo diluimos nuestro conocimiento en vez de
profundizarlo. Por lo tanto, necesitamos seleccionar cuidadosamente un guía
iluminado y luego seguirlo hasta que nuestra comprensión llegue a ser profunda
y clara.
¿Cómo podemos estar seguros que nuestro maestro será capaz de guiarnos a esta
realización? Con nuestra inteligencia y nuestra intuición como guías, somos
naturalmente atraídos a un maestro que ha perfeccionado aquellas cualidades que
deseamos desarrollar en nosotros. Un maestro vive el significado interno de las
enseñanzas, y así nosotros vemos en él nuestra naturaleza interna. Entonces, a
través de su compasión iluminada, él nos ayuda a desarrollar nuestras propias
cualidades de compasión, integridad y confianza interior.
Cuando el maestro es compasivo y abierto, el camino se despliega naturalmente,
y nuestras vidas adquieren una cualidad quieta y apacible. Gradualmente
llegamos a ser más conscientes de nuestra naturaleza interna, y construimos una
profunda autocomprensión y una fortaleza interna.
Pero las enseñanzas no siempre vienen en forma que sean gratas para nuestro
ego. Un maestro compasivo, para revelarnos nuestra naturaleza interior y
hacernos conscientes de ella, también saca a la superficie aquellas cualidades
que no nos gusta admitir en nosotros. Podemos liberarnos de ellas una vez que
las veamos, pero estas cualidades pueden ser tales que nuestro ego no quiera
dejarlas ir. Y nuestros egos, cuando se sienten amenazados, pueden causarnos
dudas acerca de las enseñanzas del maestro; el ego puede aun inducirnos a creer
que si no nos gusta una cierta enseñanza, ella debe ciertamente ser errónea. A
este punto podemos sentirnos impelidos a romper con el maestro en lugar de
hacerlo con el ego.
Pero romper con el maestro es romper con nuestra confianza en nosotros mismos.
Con este picotear y escoger, aceptar y rechazar, socavamos nuestra propia
evolución y fortalecemos sólo nuestras limitaciones. De esta manera no sólo
originamos confusión, sino también un profundo resentimiento de culpa y fracaso
que hace extremadamente difícil los futuros progresos en el camino.
Por lo tanto, la confianza en el maestro y en lo que él representa se necesitan
desde el comienzo. Para que la línea de transmisión continúe ininterrumpida,
debe haber mutua confianza, apertura, honestidad, e integridad como base en el
camino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario