viernes, 20 de mayo de 2011

Dondequiera que el honorable Shakyamuni habló, siempre hizo énfasis en la bondad con los animales. Él vio la matanza de animales como algo ajeno al modo de vida budista. Los animales tienen sentimientos - pueden sentir placer y dolor - y tienen también habilidades cognitivas. Los humanos comparten con los animales el miedo a la muerte y el deseo de vivir y reproducir su propia especie. ¿No es instintivo en los animales el resistirse a que les hagan daño? ¿No se esfuerzan por protegerse cuándo se sienten amenazados? ¿No se afligen cuándo sus compañeros o su cría son asesinados? Ellos también tienen un yo espiritual, y cuando se les enfurece o se les aflige, su espíritu clama justicia. Sobre todo cuando un ser humano, que puede pensar, razonar y adoptar una vida pacífica que cobije todas sus acciones, elige ser cruel y matar criaturas indefensas, hay gran sufrimiento. Es tan terrible amar la guerra y rebozarse en cruel desprecio como ser la víctima de tal crueldad. Pero es aquel que peca quien debe afrontar las consecuencias.

No hay comentarios.: