Tratar de encontrar un buda o la
iluminación es como tratar de coger el aire. El aire tiene nombre pero
no forma que pueda cogerse y ponerse en el suelo, y ciertamente no se
puede aprehender.
Mientras busques en otra parte, nunca
podrás ver que tu propia mente es el buda. Todo lo que tienes que hacer
es ver tu propia naturaleza. Vida y muerte son importantes, no las
sufras en vano.
Tu propia naturaleza es el buda. Y el
buda es la persona que es libre: libre de planes, libre de
preocupaciones. Si no ves tu propia naturaleza y no haces más que dar
vueltas todo el día buscando en otra parte, entonces nunca encontrarás
un buda. La verdad es que no hay nada que encontrar.
Nuestra
naturaleza mortal es nuestra naturaleza búdica. No hay buda más allá de
esta naturaleza. El buda es nuestra propia naturaleza. No hay buda
separado de esta naturaleza, y no hay naturaleza separada del buda.
Un buda es una persona despreocupada. No va por ahí persiguiendo fama y fortuna.
La
capacidad de la mente es ilimitada y sus manifestaciones son
inagotables. Ver formas con los ojos, oír sonidos con los oídos, oler
olores con la nariz, probar gustos con la lengua, todos los movimientos o
estados son siempre tu mente. En cada momento, allí donde no llega el
lenguaje, ésa es tu mente.
El verdadero Camino es sublime. No puede
expresarse mediante el lenguaje. Alguien que ve su propia naturaleza
encuentra el Camino. El Camino no tiene forma ni sonido. Es sutil y
difícil de percibir. Es como cuando se bebe agua: sabes lo fría o
caliente que está pero no puedes explicárselo a los demás.
El Camino se pierde al aferrarse
equivocadamente a las apariencias de las cosas. La erudición es inútil y
enturbia la conciencia. Las doctrinas sólo sirven para señalar la
mente. Una vez se ha visto la mente, ¿para qué las doctrinas?
No hay ventaja alguna en el autoengaño.
Una vez que los mortales ven su propia naturaleza, cesan todos los
apegos. La conciencia deja de esconderse. Pero sólo puedes encontrarla
ahora. Sólo ahora. Si realmente quieres encontrar el Camino, no te
aferres a nada.
Una vez que dejas de aferrarte y dejas
que las cosas sean, serás libre, incluso del nacimiento y la muerte. Lo
transformarás todo, y estarás en paz, estés donde estés. La esencia del
Camino es el desapego. Y el objetivo de los que practican es liberarse
de las apariencias. Se dice en los sutras: “el desapego es iluminación
porque niega las apariencias”. La budeidad significa conciencia.
Saber que la mente es vacío es ver al
buda. Ver la no mente es ver al buda. Renunciar a uno mismo sin pesar es
la caridad más grande.
La mente y el mundo son opuestos, y la
visión aparece donde se encuentran. La verdadera visión es cuando tanto
el mundo como la mente son transparentes. Y esta comprensión es
verdadera comprensión. Ver nada es percibir el Camino y comprender nada
es conocer el Dharma, porque ver no es ver ni no ver y porque comprender
no es comprender ni no comprender. Ver sin ver es verdadera visión.
Comprender sin comprender es verdadera comprensión.
La verdadera visión no es sólo ver
viendo, también es ver sin ver. Y la verdadera comprensión no es sólo
comprender comprendiendo, también es comprender no comprendiendo. Si lo
comprendes todo entonces es que no comprendes. Sólo cuando comprendes
nada es verdadera comprensión. Comprender es ni comprender ni no
comprender.
Cuando comprendes la realidad depende de
ti. Cuando no comprendes eres tú quien depende de la realidad. Cuando
la realidad depende de ti, lo que no es real se convierte en real.
Cuando eres tú quien depende de la realidad, lo que es real se convierte
en falso. Cuando dependes de la realidad todo es falso. Cuando la
realidad depende de ti, todo es verdad.
Cuando la mente aparece, desaparece la
realidad. Cuando la mente desaparece, aparece la realidad. Quien sepa
que nada depende de nada habrá encontrado el Camino. Y quien sepa que la
mente depende de nada siempre está en el lugar de la iluminación.
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