El budismo tardío que se denomina el Budismo Vajrayana( budimo indo-tibetano
tántrico) le dio al simbolismo de los seis elementos un significado tántrico más
profundo. Los símbolos fueron colocados dependiendo de la creciente sutileza de los
elementos que representan: el más burdo, la tierra, fue colocada abajo, y el más sutil,
el espacio, en la cima. Esto sugería a los sabios del tantra que lo que era verdad para
el mundo de la materia lo era también para el mundo de la mente. En el mundo
material algunos elementos son más groseros y más burdos, mientras que otros, son
más refinados y más sutiles. Es lo mismo en el mundo mental; la mente y el espíritu
tienen diferentes niveles -niveles inferiores más groseros y burdos, así como niveles
superiores más sutiles y más refinados-. Si transponemos el simbolismo, si
transponemos el stupa, del plano material al plano mental y espiritual, los niveles
mental y espiritual pueden simbolizarse por medio de los cinco elementos. De esta
manera, para el tantra el stupa pasó a ser un símbolo del mundo material y del mundo
de la mente, del mundo de los niveles sucesivos de conciencia, o mas bien de los
estadios sucesivamente superiores en la transformación de la energía psicoespiritual.
Exploremos esto con más detenimiento, recordando que ahora estamos en el mundo
mental y espiritual, y que los cinco elementos simbolizan los diferentes estadios de
transformación de la energía psicoespiritual. Ahora estamos en el mundo interior y
no en el mundo exterior.
Tierra
La tierra representa en este mundo la energía estática, la energía potencial mas que
nada, incluso la energía que se encuentra bloqueada y obstruida. Muchos,
desgraciadamente, se encuentran demasiado familiarizados con este nivel. Sienten
que tienen energía dentro pero que está bloqueada. La energía se encuentra encerrada,
como fuego dentro de un volcán; no hay un canal por el que pueda expresarse. Quizás
la energía no sólo está bloqueada sino reprimida. Si se reprime la energía y no se
permite que salga, al final se quedará estancada.
Algunas veces se lleva a cabo por años este proceso de bloqueo, de obstrucción, de
represión y de supresión. Entonces la energía empieza a coagularse, convirtiéndose
en algo sólido. La persona a la que se le solidifica la energía de esta manera, se
endurece y se petrifica, más y más, volviéndose cada vez más pasiva, menos
comunicativa, menos expresiva, más y más muerta. De vez en cuando explota, para
aliviar el tedio, arrojando pequeños pedazos de roca y de una sustancia dura, que
salen volando en todas direcciones. Generalmente eso no produce mucho beneficio
y al final queda prácticamente igual que antes.
Aún y si no hay un bloqueo, la mayoría de la gente, lamentablemente, sólo es capaz
de utilizar una pequeña fracción de su energía potencial, sin darse cuenta de ello,
permaneciendo en el estado simbolizado por la tierra: de energía estática potencial
más que efectiva.
Agua
El estado del agua es un estado de energía un poco más libre. El agua, a diferencia
de la tierra, tiene movimiento; fluye de lado a lado en el mismo plano; puede fluir
hacia abajo, pero no puede, por sí misma, fluir hacia arriba. En este estado todavía
hay muy poca energía libre y en movimiento; alcanza cierta distancia, sin llegar muy
lejos y siempre regresa al primer punto. En otras palabras, la energía representada
por este elemento, se mueve entre pares opuestos: fluye entre el amor y el odio, la
atracción y la repulsión, la esperanza y el miedo, el placer y el dolor. La energía en
este nivel es muy reactiva; se encuentra un poco libre, pero sólo dentro de ciertos
límites. Es como una cabra atada a un poste: puede moverse dentro de un área
determinada sin poder ir más lejos de ella; cuando se ha terminado el pasto de un
lado, la cabra se va a comer al otro.
Fuego
El fuego es el tipo energía que se mueve hacia arriba; en este estado se libera la
energía en cantidades cada vez más grandes, y debido a esta liberación constante, el
nivel de todo nuestro ser y conciencia crece de una manera estable. Podemos
experimentar un gozo y un éxtasis intensos; cuando el fuego está ardiendo, cuando
la energía se eleva, los conflictos mentales se resuelven, trascendiendo los problemas
_se convierten en humo, o en chispas, que vuelan por todas partes-. Este es también
un estado de creatividad continua: se está produciendo algo cada vez más elevado
todo el tiempo. El estado del fuego es el estado del verdadero artista y del místico en
su punto cumbre, cuando se encuentran creando y alcanzan un nivel superior; cuando
la flama se eleva hasta el cielo.
Aire
Mientras que el fuego representa la energía que se libera en una dirección ascendente,
el aire representa la energía que se libera en todas direcciones. El aire es la energía
que se irradia desde un punto central hacia todas direcciones simultáneamente. El
aire es la energía que se derrama desde una fuente central inagotable; de la misma
manera que el calor y la luz se vierten desde el sol al universo entero. No existe
limitación alguna; irradia en todas d simultánea y continuamente.
Espacio
En el espacio la energía se encuentra en un estado que va trasciende las palabras y
el pensamiento. Se puede decir que pertenece a otra dimensión, una cuarta, una
quinta o sexta dimensión. El espacio esta en un estado en que su energía permanece
propagándose eternamente en todas las direcciones del infinito.
Estos son los seis elementos que representan los estadios sucesivos en la transformación
de la energía psicoespirítual simbolizados en el budismo tántrico.
Ahora daré una semejanza de un individuo en cada uno de estos estadios sucesivos.
El estado de la tierra es como el de un prisionero atado de los pies y de las manosestoy
seguro que muchos nos hemos sentido de esta manera alguna vez-. El prisionero
no puede moverse, quizás tiene los ojos vendados y no puede ni siquiera parpadear.
Su energía se encuentra completamente bloqueada.
Pero entonces alguien llega, corta sus ataduras y le quita la venda de los ojos. El
prisionero se da cuenta de que está en una celda de unos dos metros cuadrados y que
puede moverse: puede levantar sus brazos y sus piernas, y puede caminar todo el día
si quiere, pero sólo dentro de su pequeña celda de unos dos metros de un lado y dos
metros del otro. En otras palabras, hay muy poca energía en movimiento dentro de
un espacio bastante circunscrito: puede ir hasta la pared de un lado y la del otro,
pero nada. Así es el estado del agua: de la energía que oscila tenuemente entre pares
opuestos -algunas veces se le denomina a este estado "libertad"-.
En el estado del fuego el prisionero logra hacer un agujero en el techo y, como un
yogui tibetano sale flotando, elevándose hasta alcanzar las nubes.
En el estado del aire descubre que además, puede irse en otras direcciones: puede
moverse hacía los lados, de arriba hacia abajo y de abajo hacía arriba; puede ir a
cualquiera de los puntos del espacio. Aquí, me temo que la analogía se desbarata,
debido a que en el estado del aire él puede volar en todas direcciones simultáneamente.
Quizás lo podemos imaginar como un mago, o yogui, con poderes superiores ocultos,
multiplicándose en millones de seres, que viajan en direcciones diferentes desde su
punto central, eternamente por todo el universo infinito.
Después está el espacio; aquí ni siquiera vaya intentar extender la analogía, ya que
las palabras no resultan de ninguna ayuda, y es mejor dejárselo a nuestra imaginación.
Estos son los estadios sucesivos en la transformación de la energía psicoespiritual:
de la tierra al agua, del agua al fuego, del fuego al aire, del aire al espacio. Estos son
los estadios del sendero tántrico hacia la Iluminación
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