jueves, 1 de abril de 2010

Buscando un refugio interior

Buscando un refugio interior por S.S. el Decimocuarto Dalai Lama Desde el punto de vista budista la mente de una persona ordinaria es débil y distorsionada debido al poder de los engaños y de las emociones aflictivas que lleva con ella. Como consecuencia de esta debilidad y distorsión, es incapaz de ver las cosas como realmente son dado que lo que ve, es una visión torcida, definida por sus propias neurosis emocionales y preconceptos. El propósito del Budismo es remover estos elementos deformados de la mente, facilitando así una percepción válida. Hasta que estos elementos deformados no hayan sido desenraizados, nuestra percepción estará siempre manchada; pero una vez que los engaños sean removidos de raíz, uno entra en un estado que ve continuamente la realidad, tal cual ella es. A partir de entonces, y dado que la mente existe en perfecta sabiduría y libertad, el cuerpo y la palabra toman un curso sano en forma automática. Esto beneficia de inmediato a la persona y a las demás, tanto en esta vida, como en el camino que sigue después de la muerte. Por eso se dice que el Budismo no es un sendero de fe sino uno de razón y conocimiento. ¿Qué se quiere decir con “practicar el Dharma”? Dharma se define como “aquello que sostiene”, y el “aquello” es la sabiduría espiritual que nos mantiene o nos conduce fuera del sufrimiento. El Budismo afirma que aun cuando por el momento nuestra mente está siendo dominada por el engaño y la distorsión, en última instancia existe un aspecto de la mente que es por naturaleza puro e inmaculado y que al cultivar dicha pureza y eliminar los oscurecimiento mentales, nos liberamos del estorbo del sufrimiento y de las experiencias de insatisfacción. El Buda enseñó esta pureza potencial como un principio esencial de su doctrina y Dharmakirti, el pensador Indio que apareciera mil años después, estableció lógicamente su validez. Cuando esta semilla de la iluminación ha sido suficientemente cultivada uno obtiene la experiencia del nirvana, la libertad de todos los defectos del samsara. Además de la validación realizada por Dharmakirti sobre el concepto de la semilla de la iluminación, también él validó, a través de la lógica, el espectro completo de las doctrinas Budistas incluyendo la ley del karma, el concepto del renacimiento, la posibilidad de la liberación y la omnisciencia, y la naturaleza de las tres joyas del refugio: el Buda, el Dharma y la Sangha.

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