El entrenamiento diario en el Arte de la Paz hace que
tu divinidad interior brille cada vez más. No te ocupes
de lo bueno y lo malo de los otros. No estés haciendo
cuentas, actúa con naturalidad. Mantén tu mente
dirigida al Arte de la Paz, y no critiques otras
enseñanzas o tradiciones. El Arte de la Paz no
restringe, ni limita ni pone trabas a ninguna cosa. Lo
abraza todo y todo lo purifica.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario